sábado, 17 de diciembre de 2011

Tornasol

El parado frente a la puerta ventana tornasol de vidrios dobles, descalzo, los pies paralelos a precisos 28 cms uno del otro; él parado ahí espera, vestido sólo con sus boxers nuevos negros que extrañamente no le regalaron, una remera también negra pero vieja, atractiva y seductora combinación . El parado frente a la puerta ventana desde donde puede ver la piscina semivacía, el jardín perfecto, el camino de entrada a la casa.

Ella llega en su auto grande, cuando abre la puerta el sol en un ángulo matemáticamente imposible rebota y ciega al hombre, que por un instante no puede ver cómo ella baja sin prisas y camina decidida hacia él.

La gélida indiferencia del desamor los ha transformado en dos extraños, no entienden cómo alguna vez estuvieron juntos... click, borrar.
Sin mediar palabra ella le baja los calzoncillos y él le sube la pollera, le corre con habilidad la bombacha breve que usa, con determinación la lleva contra la pared áspera, la penetra urgente pero desapasionado. Ella con las piernas lo abraza, suspendida en el rápido vaivén, suena algo de fondo y ambos se distraen por un momento, es la música de una vieja banda que escuchaban siempre.

Rápidamente todo termina, los cuerpos dorados por el sol fundidos en uno les recuerdan cuánto se amaron; se separan delicadamente y ella ahora acomoda su cabello y él fuma y mira de nuevo hacia el jardín a través de la puerta ventana tornasol de vidrios dobles, ve cómo ella sube en ralenti a su auto, lo que no puede ver él es su llanto angustioso y apagado, no puede verlo porque las lágrimas le han cubierto los ojos.

2 comentarios:

almacén de buena vida dijo...

releo una y otra vez y todavía me pregunto el por que...

Varsanyi dijo...

Porque esto es así.