Cuando todo comenzó, le gustaba todo de ella: su pelo, su boca, sus ojos, sus caderas.
Cuando todo comenzó, los días eran hermosos independientemente de que estuviera nublado o saliera el sol.
Cuando todo comenzó, los libros que ella le recomendaba eran perfectos, una extensión de esa mujer que lo encantaba.
Hoy... es igual.
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1 comentario:
Será real?
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