viernes, 2 de septiembre de 2011

Despertar


En el milisegundo que va de la inconciencia al despertar, pensó en él.

En ese hombre con el que se había topado (ésa era la palabra justa para describir su encuentro); bello, seductor, atractivo, sexual. Pensó en cuánto le gustaba mirarlo mientras él no la veía, en cómo sus caricias le hacían vibrar las fibras del cuerpo que creía dormidas para siempre, en lo bien que se sentía su aliento, suave, sobre ella.

En la centésima de segundo previa a despertar, se acordó de las palabras dichas, de los silencios que compartían abrazados, de la complicidad secreta y divertida.

En último instante antes de entrar en el mundo de los vivos, pensó cuánto lo deseaba; pensó también en qué música le tendría preparada, cómo sería el primer beso del día (sus besos eran hermosos). Se preguntó si esto que le pasaba era real o no.

-Tengo que levantarme-, se dijo. -Un largo día me espera-.

Se olvidó de todo.

2 comentarios:

almacén de buena vida dijo...

esos momentos
en los que podemos ensoñar
son los momentos en los que estamos más vivos

hermoso espacio Mr V.
Agustina

Varsanyi dijo...

Sí.
Gracias Mrs V.