domingo, 2 de octubre de 2011

Ahora

no te animaste te dijo fuiste un cobarde nada te queda por hacer ni siquiera podés contestar a eso de las nueveycuarto te dijo maricón tibio sos una basura vos sólo atinaste a cerrar los ojos me voy dijiste y es ahora cuando deambulás por las calles pero a las nueveyveinte ella te dijo por favor no te vayas mientras te agarraba las manos y te besaba el pecho lloraba y sus ojos bien celestes y colorados eran perfectos y así llegaron a las nueveyveinticinco tenías ganas de matarla no paraba de gritarte no entiendo cómo se puede ser tan imbécil te odio te dijo ella semidesnuda sólo con una remera corta roja y sin bombacha vos parado en la cocina iracundo y desorientado ahora vagás por barrios aún dormidos ella te dijo riendo a eso de las nueveymedia que eras hermoso y te rogó por favor mi amor no te vayas acostate conmigo haceme el amor a las diezmenoscuarto todo era negro el café estaba quemado y agrio el silencio era sólo interrumpido por sus gritos y sus golpes te pegaba y vos no reaccionabas ésta era otra mujer no la que vos habías conocido hace cuánto tiempo ya no te acordabas ella era hermosa y cuando reía te hacía feliz pero ahora te pegaba con sus manos pequeñas en el pecho y te decía me los cojí a todos y todos son mejores que vos te lo merecés por estúpido qué poco hombre que sos por lo menos sé digno y pegate un tiro andate de mi vida vos en la calle te das cuenta que dejaste tus llaves tu billetera y con lo que te queda en el bolsillo pedís algo de tomar en un bar después recordás acá ya estuve son las diez y ella te besa los labios y ríe como antes sos una mierda sos una mierda tres cinco veces te dice lo mismo vos no escuchás más nada no ves más nada no te importa más nada cerrás tus dos manos grandes alrededor de su cuello en un minuto ella deja de moverse y exhala por última vez ahora en la cocina hace frío salís y te olvidás las llaves y la billetera sólo llevás unos pocos pesos en el bolsillo justo para tomarte algo en algún bar perdido comenzás a caminar son cerca de las nueve de la mañana ella todavía duerme es hora de levantarse mi amor le decís suave al oído.

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